Facilitar con respeto: Lecciones del Lowveld de Zimbabue

Cuando Lemson Betha llegó por primera vez al Lowveld del sudeste de Zimbabue para trabajar como facilitador de SAT-WILD, se adentraba en un territorio desconocido: no había crecido en la región y no hablaba la lengua local. Pero sabía que generar confianza sería la base del éxito de cualquier trabajo.

Hoy en día, el proyecto de Gestión Integrada del Paisaje en el Parque Nacional de Gonarezhou y las comunidades circundantes se considera uno de los modelos más sólidos entre los 22 proyectos del programa Landscapes For Our Future, no porque SAT-WILD y los demás socios del proyecto tuvieran todas las respuestas desde el principio, sino porque han mantenido su compromiso con la facilitación, la cocreación y el aprendizaje adaptativo. Las reflexiones de Lemson que figuran a continuación ofrecen una guía inestimable para cualquiera que trabaje con comunidades en retos paisajísticos complejos y a largo plazo.

Aprenda directamente de Lemson o lea el resumen a continuación:


Comience con respeto

Para Lemson, el punto de partida es simple pero poderoso: tratar a las comunidades como iguales. «Véalas como personas con el mismo potencial y capacidad para alcanzar objetivos», afirma. El respeto no es sólo una actitud, también se demuestra con hechos.

Eso significa reconocer y seguir las estructuras locales. Los líderes tradicionales, como los jefes y los caciques, desempeñan papeles importantes y existen protocolos culturales establecidos para presentarse. «Si no sigue sus procedimientos, tendrá dificultades para penetrar en esas comunidades».

Respetar estos sistemas es señal de humildad y seriedad. Abre la puerta a la colaboración en lugar de a la confrontación.

Trabajar a través de las voces locales

La lengua puede ser una barrera, o un puente. Lemson habla ndebele y shona, pero en Gonarezhou la mayoría de la gente utiliza el tsonga o el shangaan. En lugar de ver esto como un obstáculo, se asoció con colegas de la zona que pueden traducir y explicar los matices culturales.

La comunicación, subraya, no es sólo cuestión de palabras. Se trata de asegurarse de que todo el mundo entiende, se siente incluido y se ve a sí mismo en el proceso. Eso exige a menudo adaptar sus métodos.

Hágalo práctico y participativo

«No estamos ahí para repartir PowerPoints», dice Lemson con una sonrisa. En las comunidades donde los diagramas abstractos no resuenan, SAT-WILD utiliza accesorios y metáforas locales.

  • Una esponja se convierte en un modelo de resiliencia: se puede estrujar pero siempre rebota, y retiene el agua para utilizarla en el futuro.
  • Una olla de tres patas ilustra el desarrollo sostenible: las «patas» sociales, medioambientales y económicas deben estar todas equilibradas, mientras que la gobernanza proporciona la base.

Basándose en objetos cotidianos, los facilitadores convierten conceptos complejos en algo tangible, memorable y procesable. El trabajo en grupo, las ilustraciones y las actividades prácticas garantizan que los conocimientos no sólo se compartan, sino que se creen conjuntamente.

Valorar los conocimientos autóctonos

Con demasiada frecuencia, los profesionales tratan a las comunidades como «jarras vacías» que hay que llenar con expertos externos. Lemson rechaza este modelo. «Ya tienen agua en sus tinajas», insiste. Las comunidades aportan ricos conocimientos autóctonos y experiencias vividas que deben entretejerse con los conocimientos científicos y técnicos.

Al preguntar «¿Qué sabe usted sobre esto?» los facilitadores crean un espacio para el diálogo. Esa mezcla de perspectivas no sólo construye mejores soluciones: construye la apropiación. Y la apropiación es lo que hace que los proyectos duren más allá de los ciclos de los donantes.

Manténgase flexible

Los plazos de desarrollo suelen ser ajustados, pero los calendarios rígidos rara vez funcionan sobre el terreno. Los actos comunitarios, las ceremonias o las actividades agrícolas pueden chocar con los talleres previstos. El consejo de Lemson: no lo fuerce.

«Sea flexible a los cambios, adapte las actividades para que encajen en sus planes y colabore con ellos», afirma. «No estamos en guerra. Somos una gran familia que quiere lograr un mayor trabajo en el paisaje».

Facilitar la cocreación

En última instancia, Lemson considera que su papel no es el de dirigir, sino el de facilitar. SAT-WILD no reclama el proyecto como propio. «No es nuestro proyecto, es su proyecto», explica, refiriéndose a las comunidades y a otros socios, como Malipati Developmentt Trust, Ngwenyeni Community Environment & Development Trust, las autoridades locales, Gonarezhou Conservation Trust, Manjinji Bosman’s Community Conservation and Tourism Partnership y SAT-WILD. «Sólo venimos como facilitadores, trabajando con ellos».

Esa mentalidad transforma las relaciones. Pasa de la instrucción de arriba abajo a la resolución compartida de problemas. Crea resiliencia no sólo en las comunidades sino también en las asociaciones que las apoyan.

Conclusiones: Un modelo para la GIP

Para los profesionales que trabajan en la Gestión Integrada del Paisaje, el consejo de Lemson es claro: respetar las estructuras locales, adaptar la comunicación, hacer que el aprendizaje sea práctico, valorar los conocimientos autóctonos y mantenerse flexibles.

Parece sencillo – y en muchos sentidos lo es. Pero hacer estas cosas con constancia, paciencia y humildad es lo que permite que crezca la confianza. Y la confianza, como demuestra la experiencia de SAT-WILD, es la base de un cambio duradero.