¿Qué es la gestión integrada del paisaje?

Definimos GIP como

un proceso para fomentar la sostenibilidad y la resiliencia co-creadas en los paisajes a través de estrategias adaptativas, inclusivas e integradoras».

Al pensar en la GIP como un proceso , nos hemos centrado en cómo podría ser, reconociendo al mismo tiempo que una gran diversidad de variables influirán en los paisajes y afectarán a su estado.

¿Por qué necesitamos GIP?

Porque la desintegraciónen la Gestión de los Recursos Naturales (GRN) es un problema importante, y muchos de los peores problemas medioambientales a los que nos enfrentamos hoy en día se remontan a la desintegración. Se ha argumentado, por ejemplo, que la desintegración entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible es una razón clave de la falta de progreso, mientras que el modesto éxito de las respuestas institucionales al cambio climático es otro ejemplo.

Históricamente, gran parte de los GRN han sido muy sectoriales («en silos»), estructurados en torno a especialidades y focos técnicos. Los gobiernos son un buen ejemplo de ello. En este caso, la responsabilidad de abordar las distintas partes de los diferentes ecosistemas (suelos, agua, aire, bosques, clima, tierra, etc.) se distribuye entre ministerios; o incluso entre departamentos dentro de los ministerios – aunque todos estos elementos dentro de un ecosistema estén estrechamente interconectados. Esto significa que cuando hacemos algo en una parte del paisaje, las interconexiones provocan impactos en otras partes del paisaje que quizá no hayamos considerado. Por ejemplo, la industrialización puede parecer una intervención muy positiva si nos centramos en el crecimiento económico y el desarrollo, pero tendrá repercusiones «en cadena» sobre la calidad del aire, del agua, contribuirá al cambio climático, etc. Estas repercusiones se denominan a menudo «consecuencias imprevistas» y suelen ser graves.

El reto de la desintegración no se limita sólo a los sectores, sino también a las escalas. Los paisajes se sitúan dentro de un continuo que podría decirse que comienza en la más local de las escalas -como los procesos microbianos que influyen en la formación del suelo- hasta la más amplia, la escala global en la que se toman las decisiones internacionales.

La Gestión Integrada de los Recursos Naturales, la Gestión Integrada del Paisaje, la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos y el Nexo Agua-Alimentos-Energía son enfoques de GRN que han surgido como resultado del reconocimiento generalizado de que la desintegración es un problema. En muchos aspectos, sin embargo, el problema no son los recursos naturales en sí, sino los enfoques institucionales difusos o fragmentados que desplegamos para abordarlos.

En nuestra opinión, por lo tanto, el centro de nuestra atención debe desplazarse hacia el diseño de instituciones que sean aptas para abordar problemas de recursos naturales altamente interconectados.

– Dr Kim Geheb, Coordinador del Componente Central

¿Cuál es nuestro enfoque de la GIP?

Hemos desarrollado una tipología de seis «dimensiones» GIP como una hipótesis inicial sobre el GIP, sujeta a cambios a medida que avanzaba el aprendizaje junto con los proyectos del programa.

He aquí por qué se incluyeron estas variables:

Identificación de las partes interesadas

Los actores de un paisaje son el mayor determinante de su comportamiento como sistema. Conocer y comprender quiénes son las partes interesadas y las relaciones entre ellas es una necesidad estratégica para que las intervenciones de GIP sean eficaces. Las evaluaciones de las partes interesadas deberían poder proporcionar esta información y ayudar a una intervención a delimitar qué partes interesadas deberían poblar los FMP.

No todas las partes interesadas se encuentran en el paisaje: habrá otras en otros lugares, por ejemplo, a nivel regional, nacional o internacional. Al identificar a las partes interesadas, es importante asumir que habrá tensiones entre ellas. Esto aportará información relevante para las estrategias de intervención y para la forma en que los FMP deban estructurarse; por ejemplo, pueden ser necesarios varios FMP si los grupos a los que se dirigen no se hablan, y habrá que diseñar formas de integrar sus decisiones y conocimientos combinados.

Existen muchas metodologías diferentes de evaluación de las partes interesadas, algunas de las cuales ofrecemos en la sección «Lecturas complementarias» al final de esta página.

Foros multipartitos (FMP)

Los FMP son probablemente la forma más poderosa de posibilitar la integración en la gestión de cualquier recurso natural. Los FMP son espacios cuidadosamente moderados para la deliberación de las partes interesadas y la toma de decisiones en torno a una visión. Las FMP tienen importantes beneficios adicionales que giran en torno a la justicia, la inclusión, la capacitación, la igualdad y la equidad. También representan un centro en el que se pueden desarrollar, introducir y deliberar nuevos conocimientos. El éxito de la coordinación de los FMP requiere altos niveles de adaptabilidad (véase más adelante) y «habilidades blandas» (por ejemplo, facilitación, mediación, negociación y convocatoria).

Para ser eficaces, los FMP deben tener un propósito -una razón para existir- y una forma de proporcionárselo es garantizar que tengan poder de decisión. Esto podría significar que se incluyera a las partes interesadas del gobierno, aunque no lo consideramos un requisito previo. Las decisiones de un FMP pueden ser seguidas por las instituciones locales, o a través de decisiones para llevar a cabo ciertas actividades. Aunque todas las FMP pueden tomar decisiones a cierto nivel, las decisiones relevantes son aquellas que pueden afectar al comportamiento del sistema paisajístico.

La forma en que se crean y gestionan los FMP y los fines que cumplen dependen de las necesidades de la intervención y del contexto en el que se lleva a cabo. Contar con varios FMP puede ser positivo, dadas las ventajas de tener muchos equipos diferentes dando sentido a los problemas, a la dinámica del sistema, procesando nuevos conocimientos y co-creando estrategias.

Visión común

Para nosotros, una visión es un estado futuro ideal. El propósito de esta visión es permitir la formación de un lugar convincente e inspirador desde el que actuar. Lo ideal sería que una visión describiera cómo serán las relaciones futuras entre las partes interesadas; y también debería considerar dónde se sitúa la FMP en este acuerdo. Si las partes enfrentadas son capaces de ponerse de acuerdo sobre una visión común, la intervención habrá dado pasos considerables. Es casi seguro que la visión cambiará en el transcurso de la implementación, y los participantes se verán desafiados a revisar y reimaginar su visión.

Institucionalización

La «institucionalización» se refiere a la incorporación o no de los procesos de un proyecto en las instituciones de gobernanza de un paisaje. Cuando esto ocurre, la probabilidad de sostenibilidad del proyecto aumenta considerablemente.

Cabe señalar que la «gobernanza» no es monopolio del gobierno. La gobernanza eficaz suele referirse a los procesos y prácticas de supervisión, toma de decisiones y moderación de las relaciones entre la autoridad (formal y consuetudinaria) y los electores que producen los resultados deseados (es decir, bienestar o estabilidad). De ahí que la adopción de los procesos del proyecto en las instituciones sociales locales sea muy importante.

Las instituciones sociales son «regularidades duraderas de la acción humana en situaciones estructuradas por reglas, normas y estrategias compartidas». En este sentido, son patrones de comportamiento humano dentro del sistema socioecológico, además de ser sistemas en sí mismos. Si se institucionalizan nuevas formas de hacer las cosas, esto puede indicar nuevos comportamientos del sistema.

Gestión iterativa y adaptativa

En los sistemas complejos, los niveles de previsibilidad y garantía son bajos. En términos generales, los altos niveles de rigidez e inflexibilidad de los proyectos reducen nuestra capacidad de navegar por la complejidad, lo que a su vez limita la capacidad de que surja el cambio. Como consecuencia, debemos navegar por dichos sistemas de forma adaptativa.

La «gestión adaptativa» se refiere a:

  • El grado en que las acciones son reversibles: aquí, la idea es probar algo nuevo y si se descubre que no funciona, es necesaria la capacidad de dar marcha atrás.
  • Si el sistema puede comprenderse mediante la experimentación a pequeña escala espacial y temporal: la acción de «probar algo nuevo» es un experimento. Cada acción de este tipo, tanto si tiene éxito como si fracasa, nos dice algo sobre el complejo sistema en el que operamos, lo que a su vez contribuye a nuestro aprendizaje. Estos «experimentos» deben ser pequeños y de una duración relativamente corta, en parte porque no queremos malgastar recursos, pero también para intentar garantizar que nuestros experimentos no tengan consecuencias imprevistas.
  • Si el ritmo de aprendizaje sobre el sistema es lo suficientemente rápido como para proporcionar información útil sobre las decisiones posteriores: lo que se aprende sobre el sistema debe incorporarse a la aplicación. Normalmente, esto da lugar a perfiles de aplicación cíclicos, en los que la revisión periódica del progreso, los éxitos y los fracasos de la intervención da lugar a ajustes del curso.

Implementada de este modo, una intervención mejora progresivamente su capacidad de generar resultados (cambios de comportamiento) durante el transcurso de la implementación – en respuesta al fracaso y al éxito, así como a la experiencia de comprometerse con el sistema del que forma parte. Una vez que un proyecto ha establecido una visión, tendrá necesariamente que diseñar las estrategias que empleará para alcanzarla. Una vez que detecta que una estrategia está desviando el proyecto de la visión, éste debe hacer una pausa y reconsiderar: o bien la visión es inalcanzable y debe cambiar, o bien debe emplearse otra estrategia.

Soluciones técnicas y herramientas

Existe una gran variedad de herramientas que pueden utilizarse en la gestión del paisaje, desde las que abordan el estado de la base de recursos, otras para evaluar si una intervención está teniendo o no impacto, o las que pueden utilizarse como métodos útiles y formas de posibilitar la cooperación entre las partes interesadas. No obstante, es importante señalar que las herramientas son un medio para alcanzar un fin, y no un fin en sí mismas.

Las herramientas y los enfoques asociados pueden desempeñar un papel importante en la recopilación y el intercambio de conocimientos, apoyando a las MSF con nuevos conocimientos (técnicos) para supervisar los cambios del sistema, así como las causas probables y las consecuencias futuras de las tendencias. Estas aportaciones son un complemento de otras formas de conocimiento, en particular, el adquirido sobre la dinámica del sistema a través de las redes de una intervención.

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